Doble Rendija

Querid@s lector@s

Con agradecimiento por escribir estas bellas lineas les comparto el diario de viaje de una participante del Teatro Cuántico en Coyoacán: se trata de nuestra nueva amiga Nicté Bustamante, antecedida por una foto que de existir las casualidades ilustraría precisamente al experimento de la «Doble Rendija»; en la cual posa mi querido hermano Dan Grinberg Preciado. Gracias a él y a todos los que volaron con nosotros.

«La doble rendija

Nicté Bustamante (@Nykte)

30 de Septiembre, 2010 

Como partículas dispersas, habitamos el campo infinito de las posibilidades, nos ajustamos a los espacios y congeniamos en algunos fragmentos en donde nos detenemos para obligarnos a observar que el espacio tiempo se encuentra aparentemente detenido.

Es fundamental saber qué somos y si existimos. Sin embargo la pregunta más importante sería ¿qué somos? y ¿cómo existimos? Podemos definir la materia como algo estrictamente cierto que se manifiesta sin lugar a dudas. Pero que pasa cuando lo que conforma la materia está hecho por una serie de factores relativos que se intentan deducir pero no se logran definir a ciencia cierta, porque no se puede medir. Extraño, ¿no?

La ciencia hoy en día está haciendo una extraordinaria labor para entender el mundo de la cuántica como en el ejemplo del experimento de «la doble rendija» en donde un fotón puede estar en dos sitios a la vez. Haciendo deducir que el tiempo se puede dividir en dos líneas temporales como lo indica David Grinberg. Podemos pensar que la ciencia hoy en día se encuentra en medio de una labor titánica en la que un solo observador puede ser suficiente para alterar un experimento, sin tener razón alguna.

Es fascinante el ver cómo la ciencia ha venido avanzando y creando nuevas teorías que ponen en riesgo teorías anteriores.

David Grinberg nos propone ser partículas, ser fotones y entrar en dimensiones sensoriales, en cada una de sus actividades a lo largo del taller de teatro cuántico. Lo más importante es que nos llena la cabeza con toda serie de dudas, que pueden ir del marco científico al placer de indagar por distintos temas de la física cuántica; hasta el poder abrirte a jugar casi como niño partiendo del despertar de la imaginación que suele transformar todo lo que toca. Brindando un escenario que se confabule con la ciencia para poder ayudar al cerebro a abstraer el pensamiento más allá de lo esperado y cotidiano.

Un agujero negro es la contracción del universo, un universo es la expansión de un agujero negro. Dentro del agujero negro podremos ver contraído el tiempo, pues en este lugar el tiempo que es relativo y no lineal como pensamos, se detiene. Interesante, ¿no? Es decir: si entro a un agujero negro no voy a envejecer ni morir jamás. Y mi mirada femenina de inmediato se pregunta: ¿Acaso venderán alguna crema de agujero negro por ahí?

Lo que es un hecho es que el universo es una enorme palpitación como el corazón, solo que, lo que el corazón realiza en un fragmento de segundo, el universo tarda millones de millones de años en lograrlo; pero si acaso el tiempo fuese más lento podríamos ver cómo palpita como si fuese un corazón.

Imagina que eres una mariposa y tu tiempo de vida es apenas de dos a seis semanas. Evidentemente si te posas en una persona de 80 años, será tanto como pararte en una montaña. Ahora trasladémonos a un agujero negro. El tiempo es completamente relativo para todos ¿verdad? Pues la mariposa nos verá muy lentos a comparación de ella. Y nosotros la vemos sumamente frágil.

Curioso es analizar a partir de la cuántica todo esto que nos plasma Grinberg en su taller. Pero es completamente lúdico hacerlo a partir de nuestra parte kinestésica y cognitiva que tenemos como seres humanos, empleando el teatro a manera de muestrario vivencial de los experimentos cuánticos.

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