Saliendo de un largo túnel esas fueron las primeras palabras que a través de un pequeño pizarrón borrable me comunicó Swami Ramashwarananda Guiri Maharaj cuando hace 10 años nos recibió en su casa de Puzol Valencia. Frase muy extraña cuando uno espera un encantado o un mucho gusto, pero tenía razón. Yo recién salía de un luto por un hermano desaparecido.
Continuó escribiendo en su pizarra infantil ya que estaba en un voto de silencio: «Vienen tiempos difíciles y entre más seamos, mejor». Cuando lo dijo supe que sería verdad.
Leemos las noticias de España y nos conmocionamos. Vemos lo que sucede en México y lo que se nos vaticina y nos estremecemos. Leemos acerca de lo que sucede en el mundo entero, lo que nos espera y nos sentimos superados.
Nos encerramos en casa esperando que alguien controle la situación allá afuera. Sin remedio nos desilusionamos mientras los afectados sufren lo indescriptible, los médicos y las enfermeras entregan el alma y los planes de millones de personas se hacen pedazos.
Incertidumbre arrasando con toda nuestra seguridad, nuestras organizaciones y la forma en la que pensábamos que el mundo se regía y se conducía.
Honestamente no sabemos cuánto tiempo más vamos a estar en cuarentena y tampoco tenemos claro, que eso vaya a salvarnos de las consecuencias del esparcimiento del Covid-19.
Me queda claro que estos son los tiempos difíciles que por cierto apenas comienzan.
Pero. ¿Quiénes somos los que necesitamos ser más?
La respuesta ante un panorama tan poco claro, cambiante e incierto es la fe, los que tenemos fe.
Y no me refiero a alguna de las religiones que podemos seguir o no.
Hablo de una fe que nos hace saber qué de cierta forma, encontraremos la manera, no solo de parar a la enfermedad, si no, incluso de salir fortalecidos.
Habrá una luz al final del túnel al que entramos de golpe todos y desde cualquier parte de la tierra.
No soy matemático, tampoco pesimista, pero si la propagación del virus es exponencial, tendríamos que reducir a números cercanos a cero los contagios. No creo que eso nos tome menos de un año. Y la vacuna dicen los optimistas no llegará antes de 18 meses.
¿Cómo es que puedo hablar de fe entonces?
De fe se habla cuando la objetividad solo da muy malas noticias, pero la esperanza nos empuja a resolver, con la certeza de que, de algún modo, todos juntos saldremos adelante.
Enormes abrazos a todos y mis mejores deseos desde la Ciudad de México
A solas en casa, acompañado de Shanti mi gata, mis libros, las mañanas soleadas y las tardes lluviosas del centro de México. Así he pasado unos días leyendo mucho, pensando y escribiendo.
Me reinventa la vida que me regala la oportunidad de prepararme para contar cuentos a pacientes y familiares de los hospitales del Seguro Social a partir del próximo septiembre.
A escribir un poco a mis lectores, a ustedes que han leído estas páginas, algunos ya durante años.
Publicar yosomos.com ha representado para mi un cambio y una renovación completa de mi vida. Me ha permitido conocer lugares increíbles y a personas maravillosas.
Nos ha permitido a todos crear una comunidad, a veces virtual, a veces literaria y otras tantas física, que acompaña y comparte ideas de conexión y corresponsabilidad entre todos los seres pensantes.
Alguna vez les conté de mi primera visita a Swami Rameshwarananda Giri Maharaj en Valencia, en la cual fui recibido con las siguientes palabras: «Vienen tiempos difíciles y entre más seamos mejor».
A cinco años de distancia comprendo lo acertada que fue y que sigue siendo la frase.
Escribir este blog me ha descubierto que en este camino llamado vida es mejor ir tomados de la mano.
Por todo eso y por mucho más quiero agradecer a todos los que con su lectura, sus comentarios y sus colaboraciones han construido nuestro espacio, nuestro Yosomos.
Un año después de estrenar la primera parte del taller, tuve el gusto y el honor de presentar por primera vez la segunda parte en Valencia en un reencuentro con mis grandes amigos de Phi Educacional.
Estos días finalmente tuve algo de tiempo para hacer una modesta edición del material en video, espero que la disfruten tanto como yo.
Y este viernes concluimos la primera edición del Taller para jóvenes en El Centro Educativo Habitat de Metepec, con una retroalimentación maravillosa de los participantes.
Un abrazo desde la ya no tan fría Cuajimalpa al poniente de la Ciudad de México.
Voy de Valencia a Barcelona, en un tren retrasado en el horario y en el tiempo.
De mi lado derecho el mar se asoma de vez en cuando a saludar, del lado izquierdo alguna montaña se dibuja lejana en el horizonte.
El mar cambiante se ríe de la montaña y ella inamovible suspira mientras el tren, el mar, las nubes y yo pasamos frente a ella.
¿Montaña o mar?
Vas de México a Europa y algo te lleva a trabajar en México, vas de España a México y algo te lleva a trabajar en Valencia.
Tantas olas, marea, espuma para volver al mismo lugar.
De pronto la montaña me sonríe:
-Quédate conmigo sin moverte, deja que los pájaros vayan y vengan mientras nosotros miramos quietos, silenciosos, firmes, arraigados.
Es lunes después de un fin de semana maravilloso en los cuales gracias a la invitación del Varanasi Ashram tuvimos la fortuna de despegar dos veces la nave de la segunda parte del Taller de Teatro Cuántico Dos.
Meses de reflexión por encontrar la forma de transmitir lo sutil a través de algo un poco tangible llegaron a buen puerto precisamente en el Puerto de Sagunto en la Comunidad Valenciana.
En el taller hablamos del mar aunque solo se puede mostrar la montaña, sin embargo el escenario se convierte en una playa junto a un acantilado en donde al menos llegan las olas de aquella inmensidad.
Mi corazón sonríe cuando se da cuenta que Swami Rameshwarananda Guiri Maharaj se ha convertido en mi amigo entrañable y hasta imprescindible.
La noche del viernes nos fuimos a cenar, Swamiji (Como le llaman al Swami de cariño), Durga, Vasuveda y yo.
Un restaurante en la montaña con delicias italianas sirvió de marco para contarnos todo lo sucedido en estos cuatro meses que teníamos de no vernos. Celebremos la alegría de estar vivos y juntos, hablamos de educación, de unión entre religiones, de México, de España, de esta maravillosa lengua que compartimos, de seguir colaborando…
Hablamos de mi hermano mayor, de cuando hace muchos años, se conocieron en Madrid y de como durante años Swamiji practico la “Meditación Autoalusiva” propuesta precisamente por Jacobo, me contó también de la influencia del trabajo de Grinberg Zylberbaum a lo largo de su propia trayectoria como educador de ya varias generaciones.
Yosomos esta como todos saben inspirado en la vida y obra de Jacobo e imagine que pensaría él de esta aventura conjunta entre dos proyectos que hasta hace pocos meses no sabían ni siquiera la existencia uno del otro.
Seguro le daría primero mucha risa, para después quedarse hablando toda la noche, por ejemplo, de la No Localidad de la mente humana.
Sentía orgullo, también responsabilidad, mañana se cerraría el Taller de Teatro Cuántico con la segunda parte, con la propuesta de experimentar también la Teoría Sintérgica, con la premisa de subir al Yo al escenario.
Me cuentan de su proyecto Templos 24 Horas en Valencia de conocimiento y unión entre las religiones.
Octubre es el mes del judaísmo y para noviembre la Comunidad Israelita de Valencia pasará la estafeta a los representantes del Islam en la ciudad.
En un mundo cada vez más dividido, dentro y fuera de países y cultos, un trabajo intenso por resaltar lo que nos une, por hacerlo más importante que las aparentemente insalvables brechas me parece urgente, plausible y sobre todo esperanzador.
Hable de los pormenores de mi llegada a México, destacando los logros, los planes, pero también los obstáculos y los retos inmensos a los que nos enfrentamos para continuar con el Proyecto Yosomos desde mi país.
Un delicioso pastel de chocolate cerro la velada.
Regrese a mi hotel para no dormir, para repasar el taller, la cena, las instrucciones de los ejercicios, los videos, las explicaciones…
Amaneció el sábado, desayune pan con tomate, jugo de naranja, queso fresco y café, metí lo necesario en la maleta y nos fuimos al taller.
Conecte la computadora a la TV y al sonido mientras llegaban los viajeros y con ellos los abrazos y la alegría de vernos otra vez.
Llego también Swamini Madhavananda Moyee Giri (Mataji ) muy entusiasmada por volver al escenario y para honrarnos con su presencia a bordo.
Poco a poco fuimos entrando a la magia de la escena, a los misterios de la materia, la masa, la energía y el observador no local del teatro de La Realidad.
– Estos talleres que impartes son únicos pues encienden los dos hemisferios cerebrales de manera simultanea.
Me había dicho un amigo y a mi me encanto la idea para reforzarla aún más en esta segunda parte.
Usamos disfraces, vestuario, maletas, juguetes para acompañarnos en nuestra aventura.
Estábamos llegando al final del viaje sabatino, faltaba solo el último ejercicio, el más complicado y arriesgado, pensado precisamente para cerrar con broche de oro dieciséis horas que componen la intensidad de dos talleres
“Acción” dije y no había vuelta atrás, contenía la respiración hasta darme cuenta que estaba saliendo mejor de lo que esperaba. Lagrimas de emoción empezaron a aparecer, nos contagiamos, habíamos llegado a aquel lugar fuera del tiempo y el espacio en dónde reconocíamos nuestra esencia, estábamos ahí gracias al poder del teatro y no habíamos salido de la sala.
Durga me había escrito hace unas semanas para pedirme unos diplomas para los participantes. La petición me tenía muy entusiasmado y me devolvió la confianza en mi propio proyecto.
Gracias a todos los que pidieron su diploma, fue un honor para mi entregarlo al final del taller a tan destacado reparto.
Aterrice en mi hotel a darme el mejor de los baños, luego un tradicional kabab precedió unas muy buenas horas de sueño reparador.
El domingo mismo desayuno y ahora los nervios por la segunda función.
Salió todavía mejor, la generosidad, talento y entrega de los participantes provoco un “salto cuántico” de profundidad acompañada de mucha diversión.
Gracias a los viajeros de los dos días por permitirme transmitir, gracias por abrir su corazón y aceptar la invitación a este encuentro de arte, ciencia, reflexión y alegría.
El tren acelera mientras el mar se acerca a mi derecha y la montaña se aproxima a mi izquierda. Cierro los ojos y me pregunto ¿ Qué hace este mexicano, judío, cohen y medio sefaradí, impartiendo un taller a miles de kilómetros de su casa, para participantes hinduistas vedantas españoles invitado amablemente por un amigo Swami?
Sonrío y se que estoy feliz. Abro los ojos cuando el tren sale de un túnel mientras el mar se acerca a la ventana derecha y la montaña se aleja por la izquierda.
Ya han pasado casi cinco meses desde que visitamos el Varanasi Ashram por primera vez invitados por el Swami Rameshwarananda Guiri Maharaj y Mery y yo volvemos en tren a Barcelona después de impartir dos Talleres de Teatro Cuántico tan maravillosos que me va a costar describirlos.
Pero vamos por partes. Llegamos a Puzol (Valencia) el viernes once por la tarde, comimos y descansamos en nuestro hotel, luego vimos un poco del primer partido del mundial, hasta que descubrí una vez más que no soy capaz de mantener la atención en el seguimiento de la pelota aunque juegue la Selección Mexicana. Supongo que esperar 90 minutos para emocionarse unos segundos puede ser interesante, lo malo es que cuando Rafa Márquez metió el gol del empate estábamos hablando de otra cosa y viendo para otro lado. Por lo menos nuestro vecino de mesa nos aviso y alcanzamos a ver la repetición.
Por la noche nos recogió el Swami en el hotel y nos fuimos a cenar a un delicioso restaurante junto al mar, también nos acompañaron Durga, Vasuveda, y Gora. Hablamos todos, aunque sobre todo el Swami, que afortunadamente ya ha terminado su voto de silencio.
Trajimos el mundo a nuestra mesa, tanto el espiritual como el real.
Y llego el vino: el Swami me pidió hacer la bendición de Shabat, accedí con una sonrisa y pronuncie el Kidush como si tuviera un libro de oraciones enfrente. Luego nos deseamos Shabat Shalom e hice la bendición del pan. Les conté la tradición de considerar la víspera del sábado como la llegada de una novia y nos comenzamos a sentir como en una boda.
Respeto y admiro el trabajo por unir diferentes tradiciones espirituales y la cena se estaba convirtiendo en una oportunidad más para encontrar coincidencias compartiendo singularidades.
Durga, Vasu, Swamiji, David y Mery
Hablamos de nuestros proyectos, de objetivos comunes, de ganas de continuar colaborando…
Hablamos de Jacobo, de su vida de su obra y sobre todo de su último libro: “El Yo Como Idea”
El Swami nos contó también de su trabajo más importante, aquel que regresa la alegría, la fuerza y las ganas de vivir a cada uno de los que se le acercan para aprender primero que nada a respirar. Aunque parezca increíble, su enseñanza inicial se relaciona con la primera acción que hacemos todos al venir al mundo.
Después de la cena, caminamos un rato tranquilamente junto al mar
(El tren que viene desde Sevilla, es casi un “tablao” así que voy a seguir escribiendo luego)
(Tres días después retomo la historia)
El Swami me tomaba del brazo mientras me contaba de las respiraciones en agua, de lo purificador que resulta sentir que se vuelve al vientre materno. También insistió en los tiempos difíciles que vivimos y que vienen, en lo importante de unir esfuerzos.
Me dice que el sábado un grupo estará con él respirando, mientras el otro vivirá el Teatro Cuántico y el domingo a la inversa.
Llegabamos así hasta el espacio para el taller, un lugar perfecto, con un tatami grande para artes marciales como escenario.
Al llegar al hotel no pude dormir: la responsabilidad, los nervios escénicos y la emoción de la conversación, hacían que mi cabeza diera vueltas sin parar.
Al otro día pasaron por nosotros y nos llevaron al espacio. El taller comenzó con una energía envuelta en amor la cual se mantuvo durante todo el día. Fluimos, aprendimos, reímos y abrimos nuestro ser.
Swamini Madhavananda Moyee Giri, la madre del Swami que por cierto tiene dotes de actriz, nos acompaño.
Estoy muy sorprendido de la apertura y calor de cada uno de los veinte participantes
Terminamos con alegría luego de reflexionar, jugar, actuar, bailar, aprender y cantar.
Teatro Cuántico Puzol Valencia 12/06/2010Teatro Cuántico Puzol Valencia 12/06/2010
El sábado cenamos Mery y yo solos en la playa de Puzol.
El domingo el grupo de veintidós viajeros que había respirado un día antes con el Swami llego con las pilas insólitamente cargadas, por ello el segundo taller fue esplendido en cuanto a lo actoral: humor, belleza, reflexión y carcajadas hicieron del viaje cuántico una delicia para todos.
Ambos días Mery aporto su sensibilidad y experiencia en expresión corporal y danza.
De los dos talleres destaco la profunda reflexión acerca de nuestra relación con la realidad, es decir con el universo, ayudados del mapa que proporcionan los conceptos de física tratados en el taller.
También me sorprende el amor que sienten los participantes por cada uno de sus compañeros, parece que hilos invisibles los entrelazan en una sinergia sanadora, pura y contagiosa. ¡Felicidades por tenerse los unos a los otros!
Cenamos con Durga y Vasuveda, con alegría se terminaban los tan esperados días de talleres.
Al otro día Priti, una nueva amiga, nos llevo a conocer Valencia, a disfrutar la Ciudad de las Artes y las Ciencias, la horchata y los turrones.
Gracias por esta amorosa experiencia a todos los que forman el Varanasi Ashram, la próxima foto describe mi felicidad mejor que mil palabras.
Volando con el Teatro Cuántico,Valencia, 14/06/2010
Hay muchas novedades en Yosomos y esta editorial es para compartirlas:
A partir de hoy ofrecemos el contacto para comprar los libros de Jacobo Grinberg Z a través de su hija Estusha, ella se encargará de hacerlos llegar a cualquier parte del mundo.
Si te interesan por favor escríbenos a yosomos@gmail.com para que el equipo de ventas de Estusha Grinberg te contacte.
En España se acercan tres talleres de Teatro Cuántico, uno en Barcelona el 29/05/ 2010 en el Centro Merrilyfe, para el cual todavía quedan algunos lugares. (Reservas a los teléfonos 93 490 66 42 y 637 46 29 39)
En junio el taller viaja a Valencia, al Varanasi Ashram de Puzol, los día 12 y 13. No quedan lugares disponibles gracias a la expectativa que esta generando el taller entre los que acuden al centro que preside el Swami Rameshwarananda Giri Maharaj.
En México tendremos por ahora seis talleres de Teatro Cuántico en este verano, entre ellos los tres domingos serán para la segunda parte del taller dirigida a todos aquellos que ya tomaron la primera. (Se pueden tomar los dos días seguidos, por supuesto)
En Metepec el sábado 10 y domingo 11 de julio de 2010
En Torreón el sábado 17 y domingo 18 de julio de 2010
En La Ciudad de México el sábado 14 y domingo 15 de agosto de 2010
Los detalles y el temario de la segunda parte los publicaremos próximamente, pero ya se pueden ir reservando las fechas.
Por el otro lado quiero agradecer a todos los que participaron en las preguntas al Doctor Amit Goswami, la verdad es que logramos un gran nivel y me muero de ganas por conocer las respuestas del prestigioso físico cuántico. Además quiero agradecer a Fernando Quintanar Olguín de la UNAM Iztacala por su valiosa ayuda en la traducción y por supuesto al mismo Doctor Goswami por aceptar la entrevista.
Buen fin de semana y un abrazo para tod@s, es un placer trabajar para ustedes.
El camino lleno de naranjos nos lleva hasta el Varanasi Ashram mientras Durga nos explica la manera de saludar al Swami con las manos juntas y cerca del pecho. Nos cuenta además que con el Swami vive su madre que también se ha preparado para tomar los hábitos y ha sido nombrada Swamini o monja. Su nombre completo es Swamini Madhavananda Moyee Giri pero todos se dirigen a ella como Mataji y nosotros también podemos dirigirnos así a ella, lo cual le da a mi gastada memoria un respiro.
Bajamos del coche y al pasar un pasillo de plantas nos encontramos con un cuidado jardín en el cual destaca un pequeño lago.
-¡Que hermoso lugar!
Hacia nosotros a recibirnos viene Mataji , la saludamos y nos invita a entrar a la casa principal. Pasamos a una acogedora estancia y saludamos al Swami. Pronto el saludo tradicional con las manos juntas se convierte en un cariñoso abrazo que dice sin palabras:
– David y Mery muchas gracias por haber venido.
Esta ocurriendo el momento que esperaba desde aquella propuesta telefónica.
– Por favor siéntense.
– Gracias por invitarnos.
El Swami se sienta frente a un teclado y dos pantallas, una mira hacía él y otra hacia nosotros. Comienza a escribir
– ¿Saliendo de un largo túnel?
Nunca me habían saludado de manera tan acertada y aunque probablemente había leído Yosomos, me sorprendo de su puntería. Solo puedo afirmar con la cabeza.
-Me gusta lo que propones con tu taller. Lo mejor es la interactividad y el rescate de la experiencia.
Para dejar claro lo más rápido posible la razón formal por la que estoy ahí, definimos fechas, número de participantes, necesidades técnicas y acordamos presentar dos talleres de Teatro Cuántico el 12 y el 13 de junio de 2010. Recibo autorización para difundirlos, aunque desde este momento los dos talleres quedan llenos y con las localidades agotadas.
– ¿Tienen hambre?
Pasamos a la mesa. Comemos delicioso, aunque yo estoy más al pendiente de lo que me dice el Swami a través de un pequeño pizarrón borrable, en el cual anota sus palabras.
– Te vamos ayudar en todo lo que podamos, cuenta con nosotros, vienen tiempos difíciles y entra más seamos mejor. El taller va a ser de dos días: un grupo de entre dieciocho y veintidós personas estará contigo el sábado y el domingo conmigo. El segundo grupo trabajará primero conmigo y el domingo contigo.
Intuyo pero no comprendo cabalmente las razones de su generoso apoyo. Sin embargo lo recibo con orgullo y con la esperanza y compromiso de que mi propuesta aporte y contribuya.
Aunque sigo un poco incomodo.
No se debe a que a nuestros anfitriones les falten atenciones, al contrario: la charla, la comida, la sidra, la alegría y la hospitalidad son abundantes. La razón de mi inquietud esta dentro de mi, más específicamente en mi pasado.
Cuando Jacobo mi hermano desapareció y los primeros meses y años corrieron sin encontrarlo ni a él ni a su cuerpo, la desesperación de la familia se hacía cada vez más insoportable y empezamos a aceptar visitar a todo tipo de religiosos de todos los credos. Todos sin excepción se valían de palabras ambiguas, cuya única intención era servir de consuelo a nuestros corazones desesperados. Sin embargo también servían para esconder la ignorancia absoluta de dónde podía estar y ni siquiera decían claramente si estaba vivo o muerto o simplemente que no tenían la menor idea. Mi enojo y escepticismo crecía con cada visita, con cada tomada de pelo, para decirlo con claridad.
Temía que aquella visita a Valencia terminará igual. Que cuando habláramos de lo que tanto esperábamos ambos, la ambigüedad flotará en el aire, haciendo insoportables las horas que nos quedaban.
Como leyéndome la mente nuestro anfitrión comienza a escribir las siguientes palabras:
-Yo aún no era Swami cuando conocí a tu hermano en Madrid en 1989. Iba acompañado de su hija Estusha y nos fuimos a comer juntos un día y luego de eso, no nos despegamos durante los tres días que duro el congreso al que asistíamos. A pesar de lo corto de nuestro encuentro, puedo decir que nos hicimos buenos amigos.
– ¿Quieren Turrón?
– Claro, estamos en Valencia.
– En realidad solo comimos para esperar el postre.
– Ja, ja, ja, ja.
– Mmmmmmh buenísimos.
– Prueba el de pistache
– No creo que sea mejor que el de almendras que tengo en el paladar.
– Voy a dejar pronto el voto de silencio.
– En cinco minutos.
No es en serio, aunque por supuesto esconde una verdad, estoy desesperado por saber lo qué me quiere decir el Swami y no me puedo acostumbrar a las palabras escritas, pero nadie se ríe.
– Era broma, lo siento.
Un amable rostro diciendo no tiene importancia se muestra.
– Les apetece una infusión, la hacemos con hojas y hierbas de nuestro jardín
– Por supuesto. Gracias
– Estuvo delicioso
– Tu hermano Jacobo jamás hubiera dejado a su hija Estusha, la amaba más que a nada en el mundo, nunca la hubiera abandonado. Yo lo se, porque él me lo dijo. Saber mucho puede ser peligroso. Y tu hermano sabía mucho más que cualquiera en su tiempo.
Por supuesto que no se qué paso con Jackie, si lo supiera, si hubiera una pista confiable que de señales de vida o de muerte no me guardaría la información ni un solo segundo. Sin embargo hay cosas que descarto por completo y la primera de ellas es la desaparición voluntaria.
Pienso en mi lectura unos días antes del “Yo Como Idea”, medito profundamente aprovechando el silencio en la mesa, acerca de la posibilidad, entendida por mi, de dar un paso más, de hablar de Dios Como Idea es decir, la unidad a la cual todos pertenecemos es también una idea, es también información, es finalmente, la Laticce, la matriz entendida como origen y modelo, la cual cambia y evoluciona con los diferentes Yos que por un lado la conforman pero que al mismo tiempo están conformados por ella.
La sola acción de pensarlo me dio miedo sin saber porqué. Aunque de pronto entiendo la razón. Algo tan simple puede ser considerado peligroso para los que viven de dividir a los seres humanos, en religiones, naciones, razas y dioses. Si fuera cierto lo que digo, no les interesa que se anuncie, que se difunda. Es más fácil controlar a la gente con el dios todopoderoso que nos castiga si no obedecemos a quién dice representarlo y si encima acompañamos eso con dosis de odio al otro, el trabajo esta hecho. Además, si fuera cierto lo que entendí de la lectura, entonces también habría a quién le interese aplicar ese conocimiento para controlar a la población, si Dios se puede describir, también se puede aplicar lo que sabemos de él.
En la mesa se habla de los mejores platos de Valencia, de la India, de Barcelona, del País Vasco, de México y de Israel.
Nuestro anfitrión ha hablado ya de la desaparición. La verdad me pone muy mal tener que explicar que aunque me encantaría que así lo fuera, no creo que Jacobo este meditando en la punta de una montaña o que haya saltado a experimentar otra dimensión dejando para siempre a este mundo y a su hija.
Respiro.
Afortunadamente no fue necesario explicar nada.
Y pasamos el tema para comenzar a disfrutar aún más de la compañía. El Swami nos cuenta la aventura de haber nacido en España y estar llamado a convertirse en un monje de tradición hindú. Nos cuenta de su formación y de la cercana relación de su maestro con Albert Einstein y recuerdo un fragmento del libro del Dalai Lama (El Universo en un solo Átomo) en el cual el Representante del Budismo Tibetano declara: si la ciencia es capaz de comprobar absolutamente cualquier cosa que se contradiga con el budismo, el segundo tiene que cambiar sus puntos de vista. Celebro el coraje de un dirigente espiritual con millones de seguidores.
Nos hablan de su forma de vida y sus continuos viajes. Nos dice que Swami, Monje y Lama son sinónimos. Mataji nos da su opinión acerca del camino escogido por su hijo y lo difícil que resulto para ella asimilarlo.
Yo ya no me doy cuenta de que nuestro anfitrión escribe en lugar de hablar.
La tarde pasa imperceptiblemente.
Anochece y nos invitan a una meditación en la Capilla del Ashram, nos abrigamos y salimos para allá.
No hay instrucciones, tampoco mantras que repetir. Al cerrar los ojos me doy cuenta que no son necesarios. Calma primero y conexión con el todo después, son las sensaciones que me acompañan.
Antes de comenzar una ceremonia de adoración de imágenes, el Swami nos invita a salir de la acogedora capilla para acompañarlo de regreso a su casa. Mery y yo agradecemos no estar presentes en esa parte y sabemos que nuestra tradición judía es tomada en cuenta para evitar que posiblemente nos sintamos incómodos.
El Swami Rameshwarananda Giri Maharaj, nos cuenta de su proyecto “Espacio de Encuentro Interreligioso” que se lleva a cabo en Valencia durante este 2010. Y me facilita el siguiente enlace que recomiendo visitar: http://sites.google.com/site/templos24horas/home
Me encanta el trabajo de unir diferentes tradiciones espirituales tomando lo mejor de cada una y cuento de aquel viernes de 1991 en el que Jacobo representando al judaísmo, se unió al Dalai Lama y a otras autoridades para desde la Catedral de la Ciudad de México, lanzar una poderosa oración por la paz. http://wp.me/pzaQa-1S
Reflexiono de nuevo sobre las palabras dichas hace unas horas por nuestro anfitrión: “Vienen tiempos difíciles, entre más seamos mejor”. ¿A qué se refirió con tiempos difíciles? Y ¿Quiénes somos los que podemos ser más?
Me contesto a mi mismo. Es muy fácil cambiar la autentica matriz que nos une y que algunos llaman Dios por el fanatismo laico o religioso, incluso por el nuevo fanatismo tecnológico que se asoma con cada vez más fuerza. Creo que finalmente la clave esta en la intención con las que se usan las herramientas, incluidas las espirituales. Pensemos en un pueblo en guerra, este pueblo se puede conectar con esas fuerzas para pedir la paz o para pedir la destrucción de sus enemigos. La primera opción lo edifica y la segunda perpetúa el circulo de deterioro mutuo, comenzando por el que pide semejante deseo para el otro.
El verdadero trabajo está en la intención, en asumirnos como responsables y hacedores de la realidad que vivimos. Hoy en día hasta la ciencia nos dice que se terminaron los observadores pasivos, en realidad nunca han existido, millones de personas toman miles de decisiones pequeñas y grandes cada día, la suma de todas ellas y no otra cosa, conforman nuestra auténticamente interactiva realidad.
Y somos pocos los que estamos dispuestos a asumir la libertad y el compromiso que esto representa.
Se habla, se escribe, se suspira, se piensa, se ríe, hasta que llega la hora de tomar el tren de regreso a Barcelona.
Se acaba esta historia, pero tengo la esperanza de que este sea el principio de una enriquecedora y reciproca colaboración.
Gracias al Varanasi Ashram de parte mía y de Mery por la invitación, el apoyo y sobre todo por el cariño. Contamos los días que quedan para regresar a Puzol a aportar lo nuestro desde el fondo del corazón.
Querid@s lector@s les dejo el enlace a la primera parte de esta crónica agradeciendo su paciencia y lectura.
Varanasi Ashram 24/01/2010 De Izquierda a derecha: Mery, El Swami Rameshwarananda Giri Maharaj, yo y La Swamini Madhavananda Moji Giri.Varanasi Ashram 24/01/2010 Al centro se incorpora Durgá Raquel Santos B
Un e mail solicitando información para dar un taller de Teatro Cuántico en un pueblo de Valencia. Una respuesta estrictamente profesional de mi parte. Una llamada preguntando si puede ser para cuarenta personas, respondo: mejor veinte y veinte para que todos participen. Llamada al otro día invitándome a pasar un domingo con el Swami Rameshwarananda Giri Maharaj ellos pagan el tren y me invitan a comer.
No entiendo nada pero digo que si.
Colgamos y me pregunto
¿Qué acaba de suceder?
Pienso.
Que bueno que voy, pero a todo esto ¿Quién es Swami Rameshwarananda Giri Maharaj? Busco información y no encuentro nada.
Pregunto por él a las pocas personas que conozco relacionadas con el hinduismo y/o el budismo y no encuentro respuesta.
Pienso: no puedo ir a no se dónde, a visitar a no se quién ¿Hice lo correcto diciendo que si?
Una noche antes de la llamada de invitación soñé que era un Cubo de Rubik subiendo por una montaña rusa, al llegar al final de la pendiente, el cubo se despedazo en mil pedazos, yo sentí como nacía y moría y volvía a nacer, empecé a bajar, las piezas se agruparon y el cubo se volvió a formar. Aparte de la taquicardia con la que desperté, no le di mayor importancia.
Otra llamada y pido dos cosas.
1 Información del Swami
2 Ir acompañado de Mery mi esposa
Ambas son concedidas.
Este domingo 24 de enero de 2010 a las 11:00 AM tomamos el tren en la Estación de Sants de Barcelona con dirección a Valencia.
Antes, luego de años de no comprar un periódico en papel, adquirimos El País para leer en las tres horas de trayecto. Yo leo el periodico, Mery el suplemento. De pronto lagrimas salen de sus ojos.
– ¿Todo bien? ¿Qué pasa?
– ¿Laura Esquivel es la escritora mexicana que contacto a tu equipo para el taller de Teatro Cuántico?
– Si ¿Porqué?
-Tienes que leer el articulo que escribe acá, pero deja lo acabo.
Mery tardo veinte minutos en leerlo. Yo solo pensaba en hacer lo mismo que ella.
Finalmente leo a Laura Esquivel.
Querid@ lector/a, ahora tienes 2 opciones: leer lo que leí y luego volver o bien seguir en Yosomos y dejar a El País para otro momento.
Creo que comprendo porqué Laura tiene curiosidad por el taller y entiendo que sin estar del todo consciente, la lectura hace años de «Como Agua Para Chocolate» me sigue inspirando a contar cosas empezando y terminando con algo muy concreto, así como ella construyo un mundo alrededor de cada uno de los suculentos platillos de su novela. Y no se como me hago su amigo, sin saber siquiera si seré correspondido pues nunca hemos tenido contacto directo, ni en persona, ni por teléfono, ni por escrito. Cuando me doy cuenta ha llegado mi turno de llorar, por aquellas mujeres de Guatemala, de México y porque Esquivel logra que mi mente se haga una con la de ella y la de ellas. Me hace entender el concepto Maya de Inlakech: «Yo soy tu, tu eres yo»
Laura gracias por el regalo de tus palabras, cierro los ojos intentando asimilar.
Poco antes de Valencia esta nuestra parada, bajo del tren y nos espera la sonriente mujer con la que había hablado por teléfono: Durga nacida en Madrid, nos saludamos, subimos a su coche.
– ¿Puedo no llamarle Su Santidad al Swami?
– Seguro, nosotros le llamamos así pero vosotros no tenéis porqué. Su Santidad El Swami Rameshwarananda Giri Maharaj, esta muy feliz de que os hayáis decidido a venir y es importante que sepáis que esta haciendo un voto de silencio por lo que se comunicará con vosotros a través de la palabra escrita. Es muy fácil le hemos puesto una pantalla.
– Bueno, muy bien. Claro que yo no puedo obligar a nadie a hablar mucho menos a nuestro anfitrión pensé.
– Pero nosotros ¿Si podremos hablar?
– Y tanto, claro que si.
Me alegre de no tener que chatear, bueno por lo menos Mery y yo.
– Su Santidad conoció a Jacobo tu hermano en 1989 en Madrid y tiene cosas importantes que decirte aparte de su entusiasta interés por el Taller de Teatro Cuántico.
– Bienvenidos al Varanasi Ashram
Lo sucedido en el Ashram lo contaré próximamente en cuanto lo asimile un poco más, pero te adelanto querido lector/a que fue uno de los días mas intensos y felices de mi vida, fuimos recibidos con muchísimo amor y con algo muy difícil de encontrar: fuimos recibidos con el corazón en la mano, lo que nos provoco a Mery y a mi corresponder del mismo modo. De momento comparto una de las fotos tomadas al final del encuentro.