A velocidad cada vez más rápida se termina un año más y uno quisiera sacarle más provecho a los meses, días y horas, como si nunca fuera suficiente.
Por el otro lado, la emoción de comenzar un año nuevo con la ilusión de la página en blanco, produce un sentimiento, que quizá por ser colectivo, es esperanzador.
Los propósitos son deseos con un plan, son el molde en donde verteremos el yeso de los días por venir.
Escribir un nuevo libro, dar y hacer más talleres, conferencias, clases y compartir nuevas grabaciones del podcast Yosomos, son esos mis principales planes profesionales.
Estoy convencido que hay aceleradores de sucesos, catalizadores que parten del conocimiento de nuevas perspectivas de ver la realidad y la vida.
Por eso me hace tan feliz compartir nuevas puertas que permiten, tanto salir del los problemas, como entrar al interior de la experiencia.
Espero queridos lectores, que para todos sea un año de materializar sueños e imaginar una vida mejor para todos los nuestros.
En enero comenzamos con todo, en formato presencial y a distancia.
Explorando nuevos medios hemos llegado al audio y a su formato de moda, el podcast. Invitados a seguirmos en Spotify, para contarnos que les parece, suscribirse y compartir.
Espero les guste nuestro estreno. Acá el link para Spotify
Con enorme emoción cuento los días para regresar a ser un profesor presencial, a ver caras y cuerpos completos, a dejar de lado los entornos virtuales, a poder decir: apaguen sus teléfonos y guárdenlos junto con sus computadoras y tabletas en sus mochilas.
Se acerca el momento en el que solamente estaremos en un solo lugar, concentrados en lo que decimos, en lo que dice el otro, en las ideas que surgen del debate y la atención profunda.
La oportunidad de comer algo y tomarnos un café con los colegas, de reencontrar a los que han sido parte de nuestra vida profesional y hasta sí se puede, jugar una partida de dominó entre las clases.
Pasar el día enseñando, estudiando, charlando y hasta meditando, en medio de los jardines con algunos alumnos y profesores.
Como habrán adivinado la realidad es completamente distinta.
Los tapabocas obligatorios nos dejan sin saber muy bien a quién ya conocimos, los cuestionarios y filtros de salud son barreras, la invitación a quedarse el menor tiempo posible , cambia la calma por la prisa, los colegas vulnerables siguen guardados y la Casa de Meditación sigue, inexplicablemente sin abrir sus puertas.
Cuando ya nos habíamos acostumbrado a las clases a distancia, la nueva ola viral nos presenta el formato híbrido.
Consiste en tener a parte de los alumnos en la clase con mascarillas como tú y a la otra parte en cuadritos de video desde algún otro lugar del planeta.
Hablas a los presentes, sin olvidar a los que desde lejos proyectan su cara en un pizarrón futurista, mientras una cámara sigue mientras tus pasos de un lado al otro de la clase.
Todos inevitablemente tenemos prendidos y usamos todos nuestros dispositivos y ya no importa en dónde estén nuestros cuerpos. Hasta que de pronto captamos que no somos personajes de una serie distópica estilo Black Mirror y que no estamos en el futuro. Esto es el presente, nuestro aquí y ahora o lo que queda de él y lo estamos viviendo.
Increíble pero nos adaptamos una vez más y no sabemos si festejar lo maleables que somos (ahora le decimos resiliencia) o llorar por una forma de vivir que no parece que vaya a regresar.
Si la vida está en otra parte como dice Milan Kundera, me gustaría saber en dónde y si la vida es lo que describo en estas líneas, habrá que mutar a una existencia híbrida, no del todo deseada, pero indispensable, al menos durante el año que comenzamos.
Falta una conferencia más, en el año más extraño de nuestras vidas.
Aunque algo muy especial le agradezco al 2020: la posibilidad de conectar con todos los que entretejemos los estambres que aquí llamamos Yosomos y el poder experimentarlo con tantos seres hermosos.
Todos invitados.
Inscripciones en yosomos@gmail.com o al móvil +52 5518474198
El pasado sábado 17 de octubre de 2020 tuvimos el estreno de la primera conferencia interactiva: Más Allá del Yo, con participantes de Chile, Estados Unidos y México.
Aprendimos, meditamos y reflexionamos, acompañados por un grupo increíble, capaz de interconectarse de manera profunda a pesar de la distancia.
Viajamos impulsados por el corazón, desde el centro de nuestro ser, hasta la red de consciencia universal.
La buena noticia es que tendremos una segunda oportunidad para disfrutar la conferencia vía Zoom y por lo tanto disponible en todo el mundo. La cita es el próximo sábado 7 de noviembre de 2020 a las 10 de la mañana hora de México.
Nos centraremos en dos ideas centrales de la Teoría Sintérgica de Jacobo Grinberg Zylberbaum: -El yo sin fronteras -La no localidad de la mente.
Vamos a comprender que las barreras individuales de nuestra mente son imaginarias para comenzar a construir verdaderas redes de amor, usando las autopistas de la conciencia universal que siempre han estado ahí. El «yo colectivo» , el «yosomos» como lo he llamado, es real, te invito a demostrarlo juntos Reserva tu lugar escribiendo al 5518474198 o al correo yosomos@gmailcom
El sentimiento contrario al amor no es el odio como se piensa. El sentimiento contrario al amor es el miedo. Precisamente el miedo que nos paraliza frente a las injusticias, que nos congela en nuestra zona de confort, que nos dice al oído que nada va a cambiar y sobre todo, que nos aísla. El miedo se combate compensando , como en una balanza, con su contrario, con el amor.
La buena noticia es que podemos hacer crecer nuestra capacidad amatoria con diversas técnicas entre las que destaca la atención plena y la meditación.
Se vence al miedo, a ese gran enemigo con la respiración, con la plena conciencia de nuestro cuerpo, nuestro ser y sobre todo de nuestra presencia.
Nuestra especie ha vencido el miedo a lo desconocido y gracias a eso hemos bajado de los arboles, salido de las cuevas, manejado el fuego y vencido miles de desafíos hasta llegar a dónde estamos. Se dice que el motor es el odio y la guerra, cuando en realidad siempre ha sido el amor, por la vida y por los nuestros, el que nos impulsa.
Albert Einstein, probablemente el genio más grande de todos los tiempos decía:
Un ser humano se siente a si mismo como algo separado del resto; esto es una ilusión es como una prisión, nos limita a nuestros deseos personales y a tener afecto por unas pocas personas cercanas.
Es necesario liberarnos de esta prisión, ensanchando el circulo de nuestracompasiónpara incluir a todo lo viviente y a la naturaleza entera.
Y tenía razón. Hoy sabemos que ante el peligro, por ejemplo de una pandemia, o nos salvamos todos o simplemente, no nos salvamos.
Estamos interconectados a nivel corporal cómo organismos vivos que somos pero también a nivel mental.
Hoy más que nunca necesitamos ser consientes de esto ya que no somos los primeros en descubrirlo.
Hay corporaciones, partidos políticos y gobiernos que acceden a la red de interconexión que existe entre todos nosotros para manipularnos. Así logran vendernos, productos y servicios inútiles y encima políticos tóxicos.
La mente colectiva puede ser intervenida. Ya lo fue de hecho, con el plebiscito del Brexit y con las elecciones del 2016 en Estados Unidos. Todo de la mano de nuestras aparentemente inofensivas redes sociales.
Necesitamos entender que las fronteras individuales de nuestra mente son imaginarias y comenzar a construir verdaderas redes de amor, usando las autopistas de la conciencia universal que siempre han estado ahí.
El yo es una idea decía Jacobo Grinberg Z en su ultimo libro publicado, si esto es verdad, considero entonces que el «yo colectivo» , el «yosomos» como lo he bautizado, es real.
Les dejo una meditación:
¿ En dónde somos?
Ponte en un lugar cómodo y sentado en postura de meditación o en una silla, en cualquier caso con la espalda recta.
Cierra los ojos y respira profundamente
Mírate meditar, y a continuación visualiza al yo que te ve meditar, para después mirar al yo que ve meditar al yo que te ve meditar…
Sigue así como si tu ser fuera una matrioshka, una muñeca rusa que dentro contiene a otro muñeca, que dentro contiene a otra muñeca.
Y si algún pensamiento se atraviesa, observa y regresa a tu respiración y de ahí a la visualización.
Cuando así lo decidas pon tu atención en tu respiración, disfrutando cada bocanada de aire, quédate así todo el tiempo que quieras antes de abrir los ojos.