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Un Viernes de 1991

Gracias a una foto que llego misteriosamente a la Web en la que se ve al Dalai Lama y a Jacobo Grinberg en medio de varias personalidades en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, me he decidido a publicar de nuevo el siguiente relato. Espero que sea de su agrado.

Yosomos

Jacobo Dalai

Llegué a la Catedral en el Metro. Ninguno de los hermanos podía dejar sus ocupaciones y Estusha no estaba en México DF, así que de la familia, solamente yo pude ir.

Jacobo había hablado a la casa un par de días antes para decirnos que habría un servicio ínter religioso en la Catedral con motivo de la visita del Dalai Lama a la ciudad. El rabino Palti de la Comunidad Sefaradí de México no podía acudir en representación del judaísmo por ser la víspera del Shabat, así que había pedido a Jacobo que lo sustituyera.

Me senté en la abarrotada catedral a escuchar, al Arzobispo, al Imán, al Pastor a Jacobo y al Dalai Lama.

Recuerdo a los asistentes, a las personas humildes que normalmente acuden al céntrico recinto, sentados al lado de  are – krishnas, musulmanes con turbante, hippies, mujeres elegantes, hombres con traje de marca…

El servicio ecuménico…

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Ciudad, Túnel, Humo. Parte 2

Salieron vestidos de ropas multicolores, tocando sus tambores y sus instrumentos mientras cantaban con enorme orgullo a Krishna rodeados del humo del incienso, por las calles de la Colonia San Miguel Chapultepec.

Ella iba al centro del grupo, su pelo negro y chino cubierto por una mascada naranja y sus ojos verdes. Bailaba en medio de todos a pesar de haber llegado al Ashram de los Are Krishna hace apenas una semana.

De niña sus padres la llevaban a aprender de  Guru May en la Condesa, los veranos se pasaban en de retiro en el Estado de Nueva York, haciendo trabajos comunitarios. Un par de viajes a India después y la alegría de dar ya viajaba por su interior.

Más tarde en la secundaria dejo a su Guru para unirse a un rabino de Lubavitch que había conocido en Polanco a la salida de su escuela, un gordo pelirrojo y simpatico que de no haber sido estudioso de la Torah,  sin duda encabezaría a una compañía de clowns. El Rabino le dio un camino y cosas que hacer desde que abría los ojos muy temprano, hasta que los cerraba en la noche y los sábados eran un banquete de historias que pasaban de generación en generación, siempre con una moraleja, un mensaje aplicable a  la vida.

Justo antes de terminar el colegio conoció el amor por alguien en concreto de la manera menos espiritual, el joven del que se enamoro estaba continuamente hasta arriba, siempre intoxicado. Salian de martes a sábado de un bar al otro, sin ofrecerle nada más que diversión. Ella había aceptado poniendo de lado el amor universal, rendida a todo placer y sin poner el más mínimo pero.

Hasta esa mañana de hace una semana en la que si bien no recordaba cómo había llegado hasta ahí, ni en qué momento se acurruco en un cartón bajo el techo de la panadería del Metro Juanacatlán, si recordaba el instante en que sintió su cuerpo demasiado estimulado desde afuera y su alma como una fosa de clavados sin agua.

Amanecía y pasaron con incienso y panderos, no la invitaron a seguirlos, ella se quito los zapatos y los persiguió hasta el Templo Are Krishna de la calle Tiburcio Montiel.

Canto, bailo y un hombre rapado y con una enorme barba blanca le hablo del Atma, el alma, la conciencia inmaterial que baña la existencia humana y la conecta con el infinito.

Así que hoy festejaba a Krishna moviendo la cabeza, sintiendo los resortes de su pelo negro rozando su cara por última vez.

Jacobo en Israel

Jacobo Grinberg Zylberbaum Jerusalén 1990
Jacobo Grinberg Zylberbaum Jerusalén 1990

La historia empieza en Tel Aviv en donde estudiaba Cine y TV. 1990 el año que corría y veinte años mi edad.

Me encontraba preparando un examen cuando sonó el timbre de la casa de la señora mayor con la que vivía. Fui a abrir la puerta y casi me desmayo.

Era Jacobo, mi hermano que sin avisar había venido desde México.

Jacobo sin poner ninguna atención a mi asombro me dijo:

-Acompáñame a Jerusalén, me esta esperando un gran cabalista que se llama David Toledano.

Mi única respuesta fue:

-¿Qué haces aquí?

-Quiero que me acompañes.

Ese era Jacobo, mi hermano mayor, así que olvidando mi examen y mi pasmo prepare mis cosas y nos fuimos.

Nos adentramos en uno de los barrios religiosos de la milenaria ciudad, tocamos en un pequeño departamento y nos abrió el Rabino David Toledano hablando en un hermoso Judeo Español.

Jacobo y el gran cabalista hablaron por horas, mientras comíamos galletas y tomábamos café turco.

Rab David Toledano y David Grinberg. Veinte años después.
Rab David Toledano y David Grinberg. Veinte años después.

Estuvieron de acuerdo en que una mente es capaz de influir a otra sin que entre ellas medie ningún sentido físico y sin importar la distancia, también David Toledano le confirmo que la energía y la materia son totalmente intercambiables y no le sorprendió la experiencia de Jacobo al lado de Pachita la gran curandera mexicana.

Salimos de ahí ya tarde y llegamos a la casa de unos amigos en donde pasamos la noche.

Al otro día el movimiento Paz Ahora (Shalom Ajshav), organizaba una manifestación en la que palestinos y judíos tomados de la mano rodearían la ciudad vieja de Jerusalén haciendo un enorme circulo.

Y Por supuesto estuvimos ahí.

Fue una fiesta de posibilidades de paz, un acto maravilloso cargado de simbolismo.

Espero el día en que algo así se pueda repetir.

Le tome la foto con la que comienza esta entrada ahí y lo acompañe al Aeropuerto.

Mientras yo volvía al amanecer a mi casa de Tel Aviv,  Jacobo volaba a la India en donde seguiría investigando ahora con maestros del  budismo y el  hinduismo.

Todo esto paso en dos días y una noche normales para Jacobo y absolutamente increíbles para mi.

 

David Grinberg Preciado
Basado en un texto de yosomos.com publicado en 2009

 

 

La Idea del Yo

Queridos lector@s:

La primera motivación para escribir este blog vino de un libro (el último publicado por mi hermano Jacobo Grinberg Zylberbaum) «El Yo Como Idea»

La fuerza de su revolucionario planteamiento principal, el cual postula que la esencia de nuestra personalidad esta en el contenido y no en el contenedor, que a su vez no es más que el mismo contenido, cambio para siempre la visión que tenía de la personalidad y de mi propio Yo.

Asumir que somos una idea, producida por otra idea, a su vez producida por otra idea, pudiendo seguir hasta el infinito, nos deja sentir una fuerza creativa en donde nos liberamos incluso del yugo del Yo que tan bien representamos hasta el punto de confundimos con él.

Al mismo tiempo esta idea nos acerca al otro de una nueva y autentica forma, en la cual el egoísmo simplemente no existe.

El Internet me pareció el vinculo ideal para expresar esta idea ya que su No Localidad representa una metáfora activa precisamente de la mente No Local descrita o quizás descubierta por Jacobo en sus últimos escritos.

Pronto llego Amira Valle, colaboradora de aquellos trascendentales últimos experimentos del Laboratorio de Comunicación Humana de la UNAM, a la cual seguramente recuerdan por su primera colaboración: Geniofagia

Hoy desde esta redacción les comparto la introducción del artículo que sienta las bases científicas del «Yo Como Idea», él cual llega hasta nosotros por la prodigiosa pluma de Amira, que otra vez nos deleita explicando con dulzura personal: formulas, gráficos y experimentos.

Próximamente publicaremos el artículo completo.

Espero que lo disfruten tanto como yo.

INTRODUCCION AL ARTÍCULO:

ESCALA ELECTROENCEFALOGRAFICA Y TOPOGRAFICA DE LA ACTIVIDAD CEREBRAL: NANOESTADOS, MICROESTADOS AND MACROESTADOS EN EL CEREBRO HUMANO

Por Amira Valle:

En Enero de 1994, la gran novedad era el ultra moderno equipo de registro y análisis neurofisiológico llamado Neuroscan. Este programa permitía generar mapas bidimensionales de la actividad eléctrica del cerebro, así como de diversos parámetros de gran utilidad en el análisis de dicha actividad cerebral, tales como la coherencia entre las diferentes zonas del cerebro registradas.

También contaban con el programa TOPCOR, desarrollado por Mark Pflieger específicamente para el Dr. Grinberg, y que permitía determinar matemáticamente cuáles de estos topogramas describían secuencias similares de patrones de actividad EEG.

Jacobo había estado en contacto con el Dr. D. Lehman, quien acababa de publicar un artículo en el cual reportaba haber encontrado patrones de actividad eléctrica semejante a los cuales llamó “microestados”, cuya duración aproximada era de 143 MS.

Utilizando las dos nuevas herramientas con las que se contaba en el Laboratorio, el Dr. Grinberg se propuso abordar el experimento de Lehman por una nueva ruta, con el objetivo de determinar si se encontraban patrones de actividad eléctrica invariables que constituyeran los “elementos de los pensamientos”, tal como las letras en una palabra. No solo se consideraba importante determinar si existían estos “átomos de pensamiento”, sino también la duración de los mismos, ya que el Dr. Grinberg había trabajado hacía algunos años en experimentos encaminados a determinar la “duración del presente”, la cuál encontró era más grande mientras más complejo fuera el mecanismo cerebral para interpretar los estímulos recibidos por las terminales sensoriales y convertirlos en información.

Se realizaron registros de siete sujetos, cuyas edades se encontraban entre los 20 y los 82 años y se analizararon visualmente los topogramas (mapas bidimensionales de la actividad eléctrica del cerebro), milisegundo a milisegundo se determino cuándo había una gran semejanza, cuándo empezaban a cambiar y si estos cambios eran abruptos o graduales.

En un principio el experimento fue diseñado solamente para replicar el trabajo de D. Lehman aprovechando las nuevas herramientas de Neuroscan y Topcor, pero cuando al analizarar los registros de cada individuo, nos fuimos dando cuenta de que nuestros resultados tenían implicaciones insospechadas, que podrían llevarnos a explorar la incógnita más profunda con la que todos nos enfrentamos algún día y que constituye la piedra angular de las filosofías y religiones orientales: ¿Qué es el “yo”?

El Budismo nos dice que lo que experimentamos como un “yo” sólido, estable, independiente e inmutable, es en realidad un “continuo mental”, es decir, una sucesión de instantes de percepción, que cambia instante a instante, momento a momento, pero que este flujo es  individual. La analogía para entender esta definición sería un río, donde el agua que pasa por un punto es nueva y diferente a cada momento, sin embargo el cauce que sigue es siempre el mismo y por ello al ver un río, lo percibimos como “el río”, algo sólido, estable, permanente.

Esta interpretación no se aplica únicamente al “yo”.  Todos los aspectos de la realidad son ulteriormente cambio continuo. Aquello que percibimos como concreto o sólido, como una roca por ejemplo, no es más que un movimiento continuo de electrones y partículas subatómicas que constituyen los elementos que forman la materia, donde predominantemente tenemos espacio vacío.

Lo que nos hace percibir como sólido y estable algo cuya naturaleza es que es un cambio y mutación no es más que el patrón repetitivo que siguen estos cambios, es decir, el cauce que sigue el agua del río.

Al analizar los topogramas pudimos observar un cambio continuo, un flujo incesante de mutaciones graduales, pero dentro de este cambio, existían patrones. De pronto, los topogramas se hacían semejantes entre sí. Aunque no eran idénticos, al observarlos en conjunto, se los podía clasificar como pertenecientes a una misma familia. Esta semejanza duraba un cierto tiempo y gradualmente cambiaba hasta que tomaba otra conformación donde nuevamente un grupo de topogramas presentaba una naturaleza semejante y se podían asociar nuevamente como pertenecientes a otra nueva familia. A pesar de que los cambios entre una conformación estable eran graduales si el intervalo de tiempo que se consideraba era de fracciones de milisegundo, estas transiciones eran insignificantes comparadas con el tiempo en el que las familias de topogramas semejantes parecían permanecer. Observar estos cambios era muy semejante a observar las nubes. Podemos ver que la nube está cambiando continuamente pero de pronto toma la forma de un gato y aunque sigue cambiando instante a instante, la seguimos percibiendo como gato por un tiempo y de pronto este cambio continuo la lleva a adoptar la forma de un conejo y la vemos como conejo por otro rato, aunque es un conejo ligeramente distinto a cada instante, hasta que no es más un conejo y ahora es un caballo, y la vemos un rato más como caballo, distinto instante a instante, pero con un patrón coherente que al percibirlo, nuestro cerebro lo interpreta como caballo y así sucesivamente.

Inicialmente nuestro interés estaba en determinar si existían grupos de topogramas que fueran tan semejantes entre sí que se pudieran agrupar como pertenecientes a una misma familia. Para determinar esto, una vez analizados visualmente y determinando las semejanzas, se aplicó el programa que matemáticamente determina cuáles topogramas presentaban una semejanza. Una vez determinadas estas familias de topogramas semejantes, el interés era ver durante cuánto tiempo se presentaba este patrón  y la predicción era que el tiempo sería aproximado al encontrado previamente. Encontramos que efectivamente habían familias de topogramas muy semejantes entre sí, pero el tiempo promedio de duración de estos grupos de topogramas resultó ser mucho menor que el encontrado por el Dr. Lehman. Concluímos que debido a la metodología y tecnología que utilizamos, mucho más sensible a los cambios graduales, y el criterio preestablecido para decidir cuándo unos topogramas eran suficientemente parecidos entre sí como para considerarse pertenecientes a una misma familia, nuestros resultados difirieron con los microestados. Por esta razón, denominamos a las unidades que nosostros hayamos “nanoestados”, y pensamos que estos nanoestados pueden considerarse subunidades de los microestados, así como las letras forman palabras, o los electrones, protones y neutrones forman los átomos.

Con estos hallazgos, nuestra pregunta siguiente fue si estas unidades combinadas entre sí pudieran estar formando un mensaje, un código, un patrón particular en cada individo los  resultados presentantan como

son prácticamente iguales los mapas cerebrales de cada individuo en las diferentes sesiones y cómo estos mapas son totalmente distintos a los del otro sujeto.

El significado de estos resultados es de una relevancia trascendente. Esto significa que los patrones que utilizamos para combinar entre sí las unidades o átomos de pensamiento son consistentes en cada individuo y que es este patrón  coherente  y no el contenido, lo que constituye la individualidad y nos genera la sensación de un “yo” sólido, estable e independiente.

Las conclusiones de  estas observaciones resultaron ser de tal trascendencia y relevancia, que lo que se inició como un artículo científico denominado “Scale of Electroencephalographic and Topographic Brain Activity; Nanostates, Microstates and Macrostates in the Human Brain” dio lugar a la elaboración de un libro titulado * EL YO COMO IDEA (Grinberg-Zylberbaum 1994, Ed. INPEC).

Para el practicante y estudiante de Budismo, y para mi, esto es toda una revelación haber podido participar en este experimento y en el análisis e interpretación  de toda la información. Llevaba un año estudiando en Casa Tibet el texto budista “Appearance and Reality” de Guy Newland,  donde se analiza la naturaleza del vacío, la carencia de la existencia inherente de todos los fenómenos y particularmente del “yo” y de repente, me encuentro trabajando con estos topogramas que me muestran visualmente cómo la percepción y el pensamiento cambian instante a instante, momento a momento y mucho más importante, cómo la secuencia de estos cambios obedece a un patrón particular, coherente en cada individuo. Yo considero que ha sido uno de los regalos más grandes que me ha dado la vida. Fue como haber podido retirar el velo que guardaba celosamente uno de los conceptos más profundos y difíciles de entender en el Budismo: el vacío. La ciencia me permitió observar directamente la naturaleza  transitoria y cambiante de la identidad personal y de la percepción con gran claridad, lo cual es un privilegio que solo grandes meditadores pueden alcanzar en estados profundos de atención. La certidumbre y convicción de que la realidad no es más que una serie de cambios continuos y que la solidez y la permanencia no son más que una ilusión resultado de patrones de interpretación utilizados por mi cerebro, ha sido uno de los mejores regalos que la vida ha podido darme.  Considero que el haber llegado a trabajar en el Laboratorio del Dr. Grinberg en ese momento preciso de la historia y con el entrenamiento científico y budista que me permitieron entender cabalmente los experimentos diseñados por su mente genial, debe haber requerido un gran karma positivo que no tengo idea de cómo ni cuándo logré acumular.

El Swami Rameshwarananda Giri Maharaj. Episodio 2

El Swami Rameshwarananda Giri Maharaj

Segunda parte

El camino lleno de naranjos nos lleva hasta el Varanasi Ashram mientras Durga nos explica la manera de saludar al Swami con las manos juntas y cerca del pecho. Nos cuenta además que con el Swami vive su madre que también se ha preparado para tomar los hábitos y ha sido nombrada Swamini o monja. Su nombre completo es Swamini Madhavananda Moyee Giri pero todos se dirigen a ella como Mataji y nosotros también podemos dirigirnos así a ella, lo cual le da a mi gastada memoria un respiro.

Bajamos del coche y al pasar un pasillo de plantas nos encontramos con un cuidado jardín en el cual destaca un pequeño lago.

-¡Que hermoso lugar!

Hacia nosotros a recibirnos viene Mataji , la saludamos y nos invita a entrar a la casa principal. Pasamos a una acogedora estancia y saludamos al Swami. Pronto el saludo tradicional con las manos juntas se convierte en un cariñoso abrazo que dice sin palabras:

–       David y Mery muchas gracias por haber venido.

Esta ocurriendo el momento que esperaba desde aquella propuesta telefónica.

–       Por favor siéntense.

–       Gracias por invitarnos.

El Swami se sienta frente  a un teclado y dos pantallas, una mira hacía él y otra hacia nosotros. Comienza a escribir

–       ¿Saliendo de un largo túnel?

Nunca me habían saludado de manera tan acertada y aunque probablemente había leído Yosomos, me sorprendo de su puntería. Solo puedo afirmar con la cabeza.

-Me gusta lo que propones con tu taller. Lo mejor es la interactividad y el rescate de la experiencia.

Para dejar claro lo más rápido posible la razón formal por la que estoy ahí, definimos fechas, número de participantes, necesidades técnicas y acordamos presentar dos talleres de Teatro Cuántico el 12 y el 13 de junio de 2010. Recibo autorización para difundirlos, aunque desde este momento los dos talleres quedan llenos y con las localidades agotadas.

–       ¿Tienen hambre?

Pasamos a la mesa. Comemos delicioso, aunque yo estoy más al pendiente de lo que me dice el Swami a través de un pequeño pizarrón borrable, en el cual anota sus palabras.

–       Te vamos ayudar en todo lo que podamos, cuenta con nosotros, vienen tiempos difíciles y entra más seamos mejor. El taller va a ser de dos días: un grupo de entre dieciocho y veintidós personas estará contigo el sábado y el domingo conmigo. El segundo grupo trabajará primero conmigo y el domingo contigo.

Intuyo pero no comprendo cabalmente las razones de su generoso apoyo. Sin embargo lo recibo con orgullo y con la esperanza y compromiso de que mi propuesta aporte y contribuya.

Aunque sigo un poco incomodo.

No se debe a que a nuestros anfitriones les falten atenciones, al contrario: la charla, la comida, la sidra, la alegría y la hospitalidad son abundantes. La razón de mi inquietud esta dentro de mi, más específicamente en mi pasado.

Cuando Jacobo mi hermano desapareció y los primeros meses y años corrieron sin encontrarlo ni a él ni a su cuerpo, la desesperación de la familia se hacía cada vez más insoportable y empezamos a aceptar visitar a todo tipo de religiosos de todos los credos. Todos sin excepción se valían de palabras ambiguas, cuya única intención era servir de consuelo a nuestros corazones desesperados. Sin embargo también servían para esconder la ignorancia absoluta de dónde podía estar y ni siquiera decían claramente si estaba vivo o muerto o simplemente que no tenían la menor idea. Mi enojo y escepticismo crecía con cada visita, con cada tomada de pelo, para decirlo con claridad.

Temía que aquella visita a Valencia terminará igual. Que cuando habláramos de lo que tanto esperábamos ambos, la ambigüedad flotará en el aire, haciendo insoportables las horas que nos quedaban.

Como leyéndome la mente nuestro anfitrión comienza a escribir las siguientes palabras:

-Yo aún no era Swami cuando conocí a tu hermano en Madrid en 1989. Iba acompañado de su hija Estusha y nos fuimos a comer juntos un día y luego de eso, no nos despegamos durante los tres días que duro el congreso al que asistíamos. A pesar de lo corto de nuestro encuentro, puedo decir que nos hicimos buenos amigos.

–       ¿Quieren Turrón?

–       Claro, estamos en Valencia.

–       En realidad solo comimos para esperar el postre.

–       Ja, ja, ja, ja.

–       Mmmmmmh buenísimos.

–       Prueba el de pistache

–       No creo que sea mejor que el de almendras que tengo en el paladar.

–       Voy a dejar pronto el voto de silencio.

–       En cinco minutos.

No es en serio, aunque por supuesto esconde una verdad, estoy desesperado por saber lo qué me quiere decir el Swami y no me puedo acostumbrar a las palabras escritas, pero nadie se ríe.

–       Era broma, lo siento.

Un amable rostro diciendo no tiene importancia se muestra.

–       Les apetece una infusión, la hacemos con hojas y hierbas de nuestro jardín

–       Por supuesto. Gracias

–       Estuvo delicioso

–       Tu hermano Jacobo jamás hubiera dejado a su hija Estusha, la amaba más que a nada en el mundo, nunca la hubiera abandonado. Yo lo se, porque él me lo dijo. Saber mucho puede ser peligroso. Y tu hermano sabía mucho más que cualquiera en su tiempo.

Por supuesto que no se qué paso con Jackie, si lo supiera, si hubiera una pista confiable que de señales de vida o de muerte no me guardaría la información ni un solo segundo. Sin embargo hay cosas que descarto por completo y la primera de ellas es la desaparición voluntaria.

Pienso en mi lectura unos días antes del “Yo Como Idea”, medito profundamente aprovechando el silencio en la mesa, acerca de la posibilidad, entendida por mi, de dar un paso más, de hablar de Dios Como Idea es decir, la unidad a la cual todos pertenecemos es también una idea, es también información, es finalmente, la Laticce, la matriz entendida como origen y modelo, la cual cambia y evoluciona con los diferentes Yos que por un lado la conforman pero que al mismo tiempo están conformados por ella.

La sola acción de pensarlo me dio miedo sin saber porqué. Aunque de pronto entiendo la razón. Algo tan simple puede ser considerado peligroso para los que viven de dividir a los seres humanos, en religiones, naciones, razas  y dioses. Si fuera cierto lo que digo, no les interesa que se anuncie, que se difunda. Es más fácil controlar a la gente con el dios todopoderoso que nos castiga si no obedecemos a quién dice representarlo y si encima acompañamos eso con dosis de odio al otro, el trabajo esta hecho. Además, si fuera cierto lo que entendí de la lectura, entonces también habría a quién le interese aplicar ese conocimiento para controlar a la población, si Dios se puede describir, también se puede aplicar lo que sabemos de él.

En la mesa se habla de los mejores platos de Valencia, de la India, de Barcelona, del País Vasco, de México y de Israel.

Nuestro anfitrión ha hablado ya de la desaparición. La verdad me pone muy mal tener que explicar que aunque me encantaría que así lo fuera, no creo que Jacobo este meditando en la punta de una montaña o que haya saltado a experimentar otra dimensión dejando para siempre a este mundo y a su hija.

Respiro.

Afortunadamente no fue necesario explicar nada.

Y pasamos el tema para comenzar a disfrutar aún más de la compañía. El Swami nos cuenta la aventura de haber nacido en España y estar llamado a convertirse en un monje de tradición hindú. Nos cuenta de su formación y de la cercana relación de su maestro con Albert Einstein y recuerdo un fragmento del libro del Dalai Lama (El Universo en un solo Átomo) en el cual el Representante del Budismo Tibetano declara: si la ciencia es capaz de comprobar absolutamente cualquier cosa que se contradiga con el budismo, el segundo tiene que cambiar sus puntos de vista. Celebro el coraje de un dirigente espiritual con millones de seguidores.

Nos hablan de su forma de vida y sus continuos viajes. Nos dice que Swami, Monje y Lama son sinónimos. Mataji nos da su opinión acerca del camino escogido por su hijo y lo difícil que resulto para ella asimilarlo.

Yo ya no me doy cuenta de que nuestro anfitrión escribe en lugar de hablar.

La tarde pasa imperceptiblemente.

Anochece y nos invitan a una meditación en la Capilla del Ashram, nos abrigamos y salimos para allá.

No hay instrucciones, tampoco mantras que repetir. Al cerrar los ojos me doy cuenta que no son necesarios. Calma primero y conexión con el todo después, son las sensaciones que me acompañan.

Antes de comenzar una ceremonia de adoración de imágenes, el Swami nos invita a salir de la acogedora capilla para acompañarlo de regreso a su casa. Mery y yo agradecemos no estar presentes en esa parte y sabemos que nuestra tradición judía es tomada en cuenta para evitar que posiblemente nos sintamos incómodos.

El Swami Rameshwarananda Giri Maharaj, nos cuenta de su proyecto “Espacio de Encuentro Interreligioso” que se lleva a cabo en Valencia durante este 2010. Y me facilita el siguiente enlace que recomiendo visitar:  http://sites.google.com/site/templos24horas/home

Me encanta el trabajo de unir diferentes tradiciones espirituales tomando lo mejor de cada una y cuento de aquel viernes de 1991 en el que Jacobo representando al judaísmo, se unió al Dalai Lama y a otras autoridades para desde la Catedral de la Ciudad de México, lanzar una poderosa oración por la paz. http://wp.me/pzaQa-1S

Reflexiono de nuevo sobre las palabras dichas hace unas horas por nuestro anfitrión: “Vienen tiempos difíciles, entre más seamos mejor”. ¿A qué se refirió con tiempos difíciles? Y ¿Quiénes somos los que podemos ser más?

Me contesto a mi mismo. Es muy fácil cambiar la autentica matriz que nos une y que algunos llaman Dios por el fanatismo laico o religioso, incluso por el nuevo fanatismo tecnológico que se asoma con cada vez más fuerza. Creo que finalmente la clave esta en la intención con las que se usan las herramientas, incluidas  las espirituales. Pensemos en un pueblo en guerra, este pueblo se puede conectar con esas fuerzas para pedir la paz o para pedir la destrucción de sus enemigos. La primera opción lo edifica y la segunda perpetúa el circulo de deterioro mutuo, comenzando por el que pide semejante deseo para el otro.

El verdadero trabajo está en la intención, en asumirnos como responsables y hacedores de la realidad que vivimos. Hoy en día hasta la ciencia nos dice que se terminaron los observadores pasivos, en realidad nunca han existido, millones de personas toman miles de decisiones pequeñas y grandes cada día, la suma de todas ellas y no otra cosa, conforman nuestra auténticamente interactiva realidad.

Y somos pocos los que estamos dispuestos a asumir la libertad y el compromiso que esto representa.

Se habla, se escribe, se suspira, se piensa, se ríe, hasta que llega la hora de tomar el tren de regreso a Barcelona.

Se acaba esta historia, pero tengo la esperanza de que este sea el principio de una enriquecedora y reciproca colaboración.

Gracias al Varanasi Ashram de parte mía y de Mery por la invitación, el apoyo y sobre todo por el cariño. Contamos los días que quedan para regresar a Puzol a aportar lo nuestro desde el fondo del corazón.

Querid@s lector@s les dejo el enlace a la primera parte de esta crónica agradeciendo su paciencia y lectura.

Un abrazo

http://wp.me/pzaQa-7x

© David Grinberg Preciado. Barcelona. 2010

Varanasi Ashram 24/01/2010 De Izquierda a derecha: Mery, El Swami Rameshwarananda Giri Maharaj, yo y La Swamini Madhavananda Moji Giri.
Varanasi Ashram 24/01/2010 Al centro se incorpora Durgá Raquel Santos B

Swami Rameshwarananda Giri Maharaj

El Swami Rameshwarananda Giri Maharaj

Un e mail solicitando información para dar un taller de Teatro Cuántico en un pueblo de Valencia. Una respuesta estrictamente profesional de mi parte. Una llamada preguntando si puede ser para cuarenta personas,  respondo: mejor veinte y veinte para que todos participen. Llamada al otro día invitándome a pasar un domingo con el Swami Rameshwarananda Giri Maharaj ellos pagan el tren y me invitan a comer.

No entiendo nada pero digo que si.

Colgamos y me pregunto

¿Qué acaba de suceder?

Pienso.

Que bueno que voy, pero a todo esto ¿Quién es Swami Rameshwarananda Giri Maharaj?  Busco información y no encuentro nada.

Pregunto por él a las pocas personas que conozco relacionadas con el hinduismo y/o el budismo y no encuentro respuesta.

Pienso: no puedo ir a no se dónde, a visitar a no se quién ¿Hice lo correcto diciendo que si?

Una noche antes de la llamada de invitación soñé que era un Cubo de Rubik subiendo por una montaña rusa, al llegar al final de la pendiente, el cubo se despedazo en mil pedazos, yo sentí como nacía y moría y volvía a nacer, empecé a bajar, las piezas se agruparon y el cubo se volvió a formar. Aparte de la taquicardia con la que desperté, no le di mayor importancia.

Otra llamada y pido dos cosas.

1 Información del Swami

2 Ir acompañado de Mery mi esposa

Ambas son concedidas.

Este domingo 24 de enero de 2010 a las 11:00 AM tomamos el tren en la Estación de Sants de Barcelona con dirección a Valencia.

Antes, luego de años de no comprar un periódico en papel, adquirimos El País para leer en las tres horas de trayecto. Yo leo el periodico, Mery el suplemento. De pronto lagrimas salen de sus ojos.

– ¿Todo bien? ¿Qué pasa?

– ¿Laura Esquivel es la escritora mexicana que contacto a tu equipo para el taller de Teatro Cuántico?

– Si ¿Porqué?

-Tienes que leer el articulo que escribe acá, pero deja lo acabo.

Mery tardo veinte minutos en leerlo. Yo solo pensaba en hacer lo mismo que ella.

Finalmente  leo a Laura Esquivel.

Querid@ lector/a, ahora tienes 2 opciones: leer lo que leí y luego volver o bien seguir en Yosomos y dejar a El País para otro momento.

http://www.elpais.com/articulo/portada/paraiso/canallas/elpepusoceps/20100124elpepspor_9/Tes

Creo que comprendo porqué Laura tiene curiosidad por el taller y entiendo que sin estar del todo consciente, la lectura hace años de  «Como Agua Para Chocolate» me sigue inspirando a contar cosas empezando y terminando con algo muy concreto, así como ella construyo un mundo alrededor de cada uno de los suculentos platillos de su novela. Y no se como me hago su amigo, sin saber siquiera si seré correspondido pues nunca hemos tenido contacto directo, ni en persona, ni por teléfono, ni por escrito. Cuando me doy cuenta ha llegado mi turno de llorar, por aquellas mujeres de Guatemala, de México y porque Esquivel logra que mi mente se haga una con la de ella y la de ellas. Me hace entender el concepto Maya de Inlakech:  «Yo soy tu, tu eres yo»

Laura gracias por el regalo de tus palabras, cierro los ojos intentando asimilar.

Poco antes de Valencia esta nuestra parada, bajo del tren y nos espera la sonriente mujer con la que había hablado por teléfono: Durga nacida en Madrid, nos saludamos, subimos a su coche.

– ¿Puedo no llamarle Su Santidad al Swami?

– Seguro, nosotros le llamamos así pero vosotros no tenéis porqué. Su Santidad El Swami Rameshwarananda Giri Maharaj, esta muy feliz de que os hayáis decidido a venir y es importante que sepáis que esta haciendo un voto de silencio por lo que se comunicará con vosotros a través de la palabra escrita. Es muy fácil le hemos puesto una pantalla.

– Bueno, muy bien. Claro que yo no puedo obligar a nadie a hablar mucho menos a nuestro anfitrión pensé.

– Pero nosotros ¿Si podremos hablar?

– Y tanto, claro que si.

Me alegre de no tener que chatear, bueno por lo menos Mery y yo.

–       Su Santidad  conoció a Jacobo tu hermano en 1989 en Madrid y tiene cosas importantes que decirte aparte de su entusiasta interés por el Taller de Teatro Cuántico.

–       Bienvenidos al Varanasi Ashram

Lo sucedido en el Ashram lo contaré próximamente en cuanto lo asimile un poco más, pero te adelanto querido lector/a que fue uno de los días mas intensos y felices de mi vida, fuimos recibidos con muchísimo amor y con algo muy difícil de encontrar: fuimos recibidos con el corazón en la mano, lo que nos provoco a Mery y a mi corresponder del mismo modo. De momento comparto una de las fotos tomadas al final del encuentro.

Continuara….

(Haz click para leer la 2ª parte) http://wp.me/pzaQa-9s

Puzol, Valencia 24 enero 2010

29 de enero de 2010 © David Grinberg Preciado. Barcelona