Palabras de Luis Miguel Martínez

Queridos lectores:
Como saben el pasado 15 de enero presenté mi libro en la Universidad Iberoamericana.
Al principio del  académico acto, el Doctor Luis Miguel Martínez Cervantes leyó unas conmovedoras palabras que a continuación les comparto.
Luis Miguel te agradezco enormemente por la lectura que haces de mi libro y gracias también por todo tu apoyo para la difusión del mismo.
Gracias también a Ana de La Macorra por la belleza de las palabras que siguieron y que ya he compartido en una entrada anterior.

«Es liegt an uns, ob alles bleibt, wie es ist.
Es liegt an uns, ob sich was ändert in der Welt von heute.»

Hannelore Frank

“Muchos de nuestros pensamientos ni siquiera son nuestros
si no que provienen del colectivo,
porque existe una constante interacción entre todos los cerebros”

Jacobo Grinberg Zylberbaum

Santa Fe, Ciudad de México, año 15 del siglo veintuno (Anno Domini) …  año 5575 del ha’luach ha’ivri (Anno Mundi)

Querido Sr. Warshavsky,

Hace más de 85 años llegaste a estas tierras desde tu natal Skoloff Podliansky que está al cobijo de la Virgen de Chestojowa. Si bien, tú que acá fuiste el Polaco y allá el Judio, tal vez nunca imaginarías que uno de tus hijos, disfrutaría tanto de la vida académica, en los libros y en los salones de clase, como tu lo hiciste en la peletería de República del Salvador y en el frontenis.

Según cuenta tu hijo, los días apacibles en Sócrates 308 terminaban con la lectura de alguno de tus libros de la colección de ciencia ficción. Todos esos sueños marcianos, de invasiones extraterrestres y de viajes por las estrellas, algún día tendrían que reflejarse en lo que tu hijo escribiera.

Un buen día de invierno llegó a mi oficina, en el caos académico del departamento de comunicación, entre el diario antagonismo de la ciencia, la ingeniería y la palabra. Me entregó su libro y me dijo que quería presentarlo aquí mismo en la universidad.

Llegaron unas vacaciones, no sé si un puente ó sólo un fin de semana, pero sin haberlo pensado, este libro me acompañó a Acapulco –que no sabía habían disfrutado tanto en familia juntos tus hijos. Al alba, y viendo la bahía desde la terraza de mi cuarto de hotel, comencé a leerlo. Al principio me sonó a la cita de Hannelore Frank con la que comienzo esta carta.

“En nosotros queda, asegurar que todo esté como está
queda en nosotros, todo lo que hemos cambiado en el mundo de hoy.”

Comienza la historia con los pasos de David por las vías de Treblinka, donde hoy quedan unos sencillos bloques de concreto que nos recuerdan el odio y dolor que pasó por esa ruta. ¿Quién es David? ¿Cuántos David hay?

Entre sorbo y sorbo de café, llego a Samuel y la historia de la piel. Y me llaman mucho la atención esas palabras, “el mundo que conocemos se acabará, el dulce Yiddish, se dejará de pronunciar, nuestros hijos serán aniquilados” … aniquilados, me recuerda de nuevo las palabras de Hannelore Frank, todo está en nosotros.

Sigo leyendo … aunque llegó el tiempo de la fruta tropical, y el dolor con el que comienza el libro, me hace pensar en todo el dolor y sufrimiento que está en el origen de las historias de David. Aunque debo confesar, que al igual que el día que mi amigo Fernando – si el hijo pequeño de Doña Martina, nos presentó a David y a mi … fue raro, como el comienzo del libro. Luego, el primer día que escuché la historia de tu hijo, que está desaparecido y la idea del teatro cuántico, confirmé que en todo esto … lo grinbergiano podría y debería ser raro. Seguí con el libro … al ritmo de la papaya, la piña y la Sandía.

“Vienes y vas y luego regresas para volverte al DF” … casi como este año de mis viajes por el mundo … por momentos he pensado en la vida de los emigrados y aquellos que fueron desplazados por la guerra. Que suerte la de tus hijos Abraham, de haber nacido en una tierra como esta, fértil y próspera en todo.

Página 33 … el barrendero, el ombligo y los prepucios y riñones que lo acompañaban. Que recuerdos de los tiraderos de basura a los que llegamos los “nuevos colonizadores de Santa Fe”, aquellos que teníamos miedo de los panchitos y de salir tarde porque no había iluminación en la ZEDEC, como bien le decían a la Zona de Desarrollo Controlado de Santa Fe . Casi como emigrados pasábamos por un Treblinka urbano, sin embargo cada noche regresabas a tu zona de confort, con una buena dosis de realidad.

David nos cuenta en una mezcla de realidad y ficción el paso por un viaje, por la vida de David, Samuel, Jacobo, David – fuera del libro y varios Pe, estas migraciones entre la realidad cruel y dura, la fantasía y ficción reconfortante, y la grinbergialidad de una escritura casi cuántica como su famoso teatro. Pequeñas piezas, que seguramente fueron escritas en ese viaje donde fue a dejar piedras al cementerio de los Warshavsky.

Me pregunto si Rock Hudson y Liz Taylor que anduvieron en estos lugares, habrán desayunado unos huevos motuleños que me acompañan en la lectura, con el arrullo del vaivén de las olas que no se alcanzan a oir en la montaña cerca de la Escénica. Jacobo y el viaje al encuentro del Buda, contado desde Tel Aviv. Tajine y jumus. El recuerdo de una madre que abraza a un bebe y la dichosa fórmula Suiza hecha en Lerma. Sigue el viaje, hacia el final de esa vacación, puente o fin de semana que me supieron a gloria. Termino la lectura, con el recuerdo de Ur de los Caldeos, de Treblinka … y la duda ¿hay banquetes para festejar el Bar Mitzvah?

Hoy, tu hijo me invitó a comentar su libro. Para nosotros los académicos, los hombres y mujeres de los libros, es como un festejo. Nos deleitamos –como en el Banquete de Platón, de la alegoría del saber, de acompañar al autor en sus ideas hechas letras y palabras. Y en una euforia muy particular, invitamos a los que comparten estas paredes a leer, por qué si no leemos no escribimos y nuestras historias se pueden perder y derretirse como los copos de nieve que en el deshielo polaco dejan de cubrir las piedras perpetuas en Treblinka para recordarnos el pasado.

Así pues, Abraham … tu hijo no solo sabe hacer hombres, como le dijiste, … sabe preparar hombres y mujeres para los demás … y también Abraham … tu pequeño David, sabe escribir libros.

Shalom

רעסט אברהם, דוד איז אַ גוט שרייַבער.

Luis Miguel Martínez Cervantes.

15 de enero de 2015

2015-01-15 Ibero

Ibero 15 enero 2015

3 comentarios en “Palabras de Luis Miguel Martínez

  1. Hola, estoy interesada en el Teatro cuántico, lamentablemente no podré asistir el sábado, programarán una nueva fecha??’. Donde puedo adquirir el libro de yosomos???? Conozco varios libros del Dr. Grinberg definitivamante una mente brillante adelantado a su época.

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