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Tendedero Dark. Ciudad, Túnel Humo. Parte 3

No es una foto en blanco y negro, toda su ropa era negra y no puedo saber más. Claro de que la ropa interior, me confirma que la dueña es una mujer.

Entonces la dueña es dark o quizá es vampiresa o será que por casualidad que esta vez todo es negro, como para no mezclar los colores en la lavadora.

Imposible de saber, es más no quiero saber. Mejor imaginar…

Es la Calle Praga de la Zona Rosa de la Ciudad de México, a unos metros hay una iglesia gótica hermosa, pero completamente fuera de lugar, esos dos datos me inspiran a escribir la siguiente hipótesis:

Hace varios siglos en la sinagoga de la Ciudad de Praga, un rabino desesperado destruía un monstruo gigante de arcilla, borrando la letra Aleph de su frente. Lo que nunca supo el desesperado religioso, fue que El Golem, antes de volverse enorme y comenzar a destruir todo, estuvo enamorado.

Pero ¿De quién se puede enamorar un gigante de tierra?

De una gárgola de la catedral de San Vito en Praga, relación que por supuesto se mantuvo en secreto hasta ahora, porque cada uno tenía una religión diferente.

La gárgola quedó embarazada, dando a luz a mellizos, hombre y mujer de los cuales no hay ningún registro de su apariencia física, pues vivieron en la clandestina oscuridad, criados lejos de todos los ojos. Inevitablemente vino el incesto y con las décadas la reproducción de la familia.

Cada generación era más espantosa que la anterior, siempre escondidos en los sótanos de San Vito.

Hasta que el año pasado, Lucrecia la menor y más espantosa monstruosidad, decidió escaparse. Al salir, de los sótanos y al notar el terror que causaba en los visitantes, decidió refugiarse en una tienda de marionetas próxima a la catedral. Se metió a un escaparate y se mezcló con la mercancía imitándola.

Pocos minutos después, una pareja  de mexicanos turistas, se asomaron a la vitrina, quedaron fascinados con la «marioneta», preguntaron en la caja el precio, pagaron, les preguntaron si querían una envoltura, respondieron que no, que ellos la tomaban y se la llevaban. Todos de acuerdo.

El matrimonio mexicano estaba tan emocionado con su compra que ni siquiera pensaron en que no tenía cuerdas.

El avión fue incómodo, pero el depósito de equipaje era menos frío y menos oscuro que dónde había crecido. Ya en México, el taxi los dejo en el departamento de la Calle de Praga. Al abrir las maletas Lucrecia comenzó a hablar. Después del desmayo doble el matrimonio logro comunicarse gracias a un traductor de Checo que se descargaron de internet.

Lucrecia podía quedarse sin salir nunca a la calle, para no matar del susto a nadie. Ella acepto encantada, todo era mejor que su apestoso escondite. Le mostraron su habitación y su anfitriona se ofreció a lavar su ropa, mientras tanto le prestarian una pijama.

Lucrecia se puso la pijama y se metió por primera vez a una cama, puso su cabeza en la almohada y durmió instantáneamente.

La cuerda que cuelga de la ventana del departamento del primer piso, se fue llenando de prendas negras, aprovechando el sol de la resplandeciente mañana.

 

 

Teatro Cuántico es Ludocuántica

«A través del juego nos hacemos protagonistas de nuestras vidas, dejamos de ser espectadores.» Catherine L´ecuyer.

Queridos lectores:

Con una renovación que incluye hasta el nombre se reinventa el Taller de Teatro Cuántico.

El ahora llamado  Taller de Ludocuántica se enfoca en el juego como herramienta para vivir los conceptos de física moderna que han cambiado nuestra forma de entender la realidad.

Se estrena el próximo sábado 29 de octubre en el espacio de la agencia 8 AM en la Colonia Roma de la Ciudad de México.

Les comparto el nuevo póster, obra de la agencia 8 AM.

ludocuantica

Todos invitados a ser los primeros en vivir nuestra nueva etapa.

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Somos Tiempo

Querid@s lector@s:

Coordinar coincidir en el espacio y el tiempo a veces resulta imposible, así me sucede con el Forum de las Experiencias fundado por mi amiga y admirada actriz Mireia Chalamanch y su equipo. Por estos días comienza en Barcelona la segunda edición del Forum con el titulo de El tiempo en el Cuerp0, a la cual estuve invitado pero me fue imposible acudir.

Si saben un poco de catalán los invito a visitar www.cosdecosos.org para darse una idea de lo interesante del dialogo propuesto y por supuesto si  nos lees desde Barcelona, la recomendación es que no te lo pierdas y si puedes nos compartas tu experiencia.

Afortunadamente a las palabras trascienden las agendas y los presupuestos, así que escribí estas lineas para la Web del evento las cuales a continuación les comparto:

Somos Tiempo

Estamos hechos de agua, sangre, células, ADN… pero también estamos hechos de tiempo que marca cada respiración, cada latido, cada palabra y hasta cada uno de nuestros pensamientos.

El tiempo compone desde nuestro nacimiento hasta nuestra muerte: la niñez, la pubertad, la edad adulta y la vejez.

Y por supuesto cabe preguntarse ¿Qué es el tiempo?

Hace más de un siglo que sabemos gracias a Albert Eintein y su Teoría de la Relatividad Especial (1905) que el tiempo depende de la posición del observador y de lo observado, así como de la velocidad de los mismos.

¿Y si lo observado y el observador están en el mismo sitio y en el mismo espacio?

Es decir ¿Cómo percibimos el tiempo en nuestro propio ser?

Peter Gadish un gran amigo y profesor del Colegio del Teatro de Barcelona se percibe a si mismo como de treinta años y solo cuando un espejo se atraviesa en su camino mira sus más de seis décadas, aunque de todos modos no esta seguro de ser como la imagen que le muestra su reflejo.

El tiempo es hasta cierto punto relativo también en nuestros cuerpos que no se mueven de la tierra ni alcanzan velocidades cercanas a las de la luz.

El teatro es sin duda un arte del tiempo, en lo que dura una función puede pasar una vida o hasta varias generaciones. Algunos dramaturgos como Vicente Leñero (México 1933) en La Visita del Ángel se divierten poniendo en escena el tiempo cotidiano que toma hacer una sopa, desde que se sacan las cosas compradas en el mercado hasta que se sirve en la mesa mientras el publico quisiera ver otro tipo de acción que no sea lavar y picar verduras hasta que entra en un tiempo aparentemente real que provoca una conexión especial con el personaje.

Y la pintura ni hablar, es el arte de guardar un instante hasta le eternidad.

Nos gusta jugar con nuestras máquinas del tiempo, queremos acelerarlo con nuestros pasatiempos y aprisionarlo con nuestras cámaras, queremos manejarlo, usarlo y hasta desperdiciarlo.

Solo nuestras funciones primarias no permiten grandes variaciones; nuestros corazones laten y nuestra respiración nos mantiene vivos, a un mismo ritmo nos recuerdan que no usamos el tiempo, si no que estamos hechos de él, de esa sustancia igual de importante que nuestra sangre y nuestra piel.

© David Grinberg Preciado
Es editor del blog www.yosomos.com y por razones de tiempo no pudo estar con su cuerpo en la segunda edición del Forum de las Experiencias.